Manjaro KDE 16.10 Fringilla: sensacional

Siguiendo la senda de las distribuciones derivadas de Arch Linux, después de una experiencia no del todo satisfactoria con Antergos la mente se me va, lo quiera o no, en busca de Manjaro. Por si no había quedado claro en el artículo anterior lo vuelvo a repetir: Antergos es muy buena, pero no es para cualquiera. De ahí que pase hoy a revisar un sistema que está más enfocado a otro tipo de usuario, más novato en GNU/Linux y que ha alcanzado en los últimos años una tremenda relevancia por méritos propios. En análisis pasados solía tomar como referencia la versión con escritorio XFCE, por ser el buque insignia para los desarrolladores, pero en esta ocasión me he querido atrever con Plasma, animado por los comentarios y las buenas sensaciones que en otros ha causado. Y vaya si me alegro de haberlo hecho.

Después de revisarla en mi disco duro externo quedé tan encantado con el desempeño – con pequeños matices, que siempre los hay y los habrá – que le di una oportunidad en mi disco principal, donde ha estado residiendo una semana, con muchísimas más luces que sombras, aunque con un rendimiento algo inferior en mi equipo al que me da mi distribución de cabecera. De los últimos análisis realizados, solamente dos distribuciones han dado el salto a lo que yo llamo «la fase Clonezilla»: hago una copia de mi partición con Chakra en el disco SSD e instalo encima la distro en cuestión para usarla en el día a día durante un tiempo razonable. Así lo hice con Ubuntu Gnome y así lo he repetido con Manjaro KDE. Tan solo la pereza (tengo Chakra configurada a mi gusto y eso lleva tiempo) y algún problemilla con mi adaptador WiFi me hicieron desistir de continuar utilizándolo.

Veamos poco a poco en qué ha consistido este periplo con Manjaro como sistema:

Instalación

En esta versión se ha optado por prescindir de los antiguos instaladores para quedarse solo con Calamares, programa versátil y sencillo que realiza perfectamente su función. Desde que uno inicia al escritorio en vivo por vez primera se nota que Manjaro está muy trabajada, tanto desde el punto de vista de la estética como en los pequeños detalles que agradece mucho el usuario, como por ejemplo, la traducción completa al castellano. La personalización incluye a los plasmoides, algo poco habitual en otras distribuciones con KDE, de manera que tenemos el gestor de tareas de solo iconos habilitado por defecto.

El proceso se realiza con rapidez y sin sobresalto alguno en forma de extrañas congelaciones o tiempos muertos. El primer reinicio transcurre igualmente sin problemas de ninguna clase.

Diseño

Da gusto encontrarse con una distribución donde se confiere a esta parcela la importancia que merece: los sistemas operativos, como muchas otras cosas, entran primero por los ojos y luego ya veremos… Gracias al fenomenal trabajo de David Linares (aka Mcder3), Manjaro aporta un aire fresco y distintivo a su edición con Plasma. Podrá gustar más o menos, eso ya es algo muy personal, lo que es innegable es que se apuesta por la diferencia, con un resultado bastante acertado a mi parecer.

El tema por defecto del escritorio es Maia, nombre que comparte el set de iconos, aunque los amantes de los temas más claros tenemos una alternativa llamada Andrómeda que me encantó. El renderizado de fuentes es manifiestamente mejorable, algo que antes tenía fácil solución y ya no tanto. Bohomill nos ha dejado huérfanos, a la espera de que alguien cree un fork de su excelente Infinality. Malos tiempos para los obsesos de las fuentes bien definidas.

Software

La versión «kde-era» de Manjaro apuesta por Octopi como gestor de programas, con soporte para instalación de paquetes de AUR y un avisador de actualizaciones que incluye también a este repositorio comunitario. Parece una chorrada, pero es cómodo ser advertido de que hay que actualizar sin tener que recurrir al «chaser update» de Chakra.

Ya sabéis casi tod@s que disponer de AUR equivale a tener virtualmente todo el software para GNU/Linux accesible a un par de clics de distancia, así que poco se puede añadir en este apartado. En lo referente a la batería de programas instalados por defecto, pues son bastantes: Firefox, Thunderbird, Steam, VLC, Cantata, Libreoffice… Os advierto, por si acaso, que Steam no es software libre ni de código abierto, por mucho que sea casi imprescindible para los jugones a día de hoy.

Hardware

Muy buena gestión de mi hardware la que me ofrece esta edición de Manjaro con escritorio Plasma. De hecho, probablemente la mejor que he visto en mucho tiempo en GNU/Linux. Para empezar, el solo gesto de encender la impresora no inicia el instalador de impresoras de KDE, lo cual sería completamente inútil dado el carácter privativo del controlador necesario para hacer funcionar mi HP Laserjet 1018. Lo que se inicia en su lugar es la suite HPLip, algo que parece de cajón pero que en ninguna otra distribución sucede. Bravo por Manjaro, más fácil de configurar, imposible.

Continuando con las comodidades para el usuario, la instalación de los controladores propietarios de NVIDIA es igualmente sencillísima: iniciamos la herramienta de detección de hardware, de la que ya os hablé en su momento en otra revisión de la distro, y con un clic ya los tenemos, reinicio mediante. Esta utilidad, una especie de Yast simplificado, es oro puro, ya que nos facilita no solo esta tarea, sino también la de escoger uno o varios kernels distintos e instalarlos, configurar la zona horaria o añadir traducciones para ciertos elementos del sistema. Bien harían otras distribuciones en copiar este modelo de trabajo.

Como vemos en la imagen de arriba, incluso existe la posibilidad de instalar un kernel que opere en tiempo real (kernel de baja latencia), lo cual reduce el desfase o lag, algo indispensable para los que emplean su equipo para la creación de piezas musicales.

El resto de dispositivos, pues más de lo mismo, a excepción de los controladores del adaptador inalámbrico, que me causan problemas como lo hicieran en Antergos. Todo se arregla – en principio – con prescindir de NetworkManager y optar por otras soluciones – Wicd, en mi caso – pero esto es algo que no está al alcance de todos los usuarios, especialmente si son absolutos noveles. Por lo demás, conexión perfecta con KDEConnect y mi teléfono móvil Xiaomi, Bluetooth, webcam, etcétera. Una auténtica gozada encontrar un sistema donde prácticamente todo funciona sin fisuras.

Estabilidad y rendimiento

Manjaro Plasma se inicia con unos 550 Mb de memoria RAM, cantidad perfectamente asumible para cualquier equipo medio. Con los controladores gráficos propietarios se desenvuelve con fluidez, nada que ver con la experiencia vivida en Antergos. No hay que lamentar cuelgues ni comportamientos extraños en aplicaciones, de modo que se puede afirmar con rotundidad que se trata de una distribución muy estable, a pesar de lo que algunos pudieran pensar dado su carácter de semi-rolling release.

En el capítulo del rendimiento, medido como siempre con el benchmark gráfico Unigine Valley y la suite de Phoronix, de nuevo me topo con el problema de no poder correr las pruebas de Apache y Pybench. En los otros dos tests, Manjaro bate a Ubuntu 14.04 en uno de ellos y pierde en el otro, resultando también vencedora nuestra distribución de hoy en el apartado de rendimiento gráfico, con 295 puntos frente a los 292 de la distro de Canonical.

Problemas encontrados

Tras varios días de uso no todo resulta ser un camino de rosas, algo que suele suceder con frecuencia a poco que exprimamos el sistema. No obstante, los errores que me voy encontrando no son graves, en su mayoría:

El adaptador WiFi deja de funcionar. Al primer reinicio después de instalar Wicd y a pesar de haber deshabilitado con systemctl el servicio NetworkManager para evitar duplicidades que llevaran a errores, me encuentro con que dicho servicio se sigue iniciando. Y, en efecto, esto produce un grave error: no hay conexión a Internet. Por fortuna, cuando la wiki de Arch no tiene la respuesta, los foros sí: encuentro una discusión donde se explica una forma definitiva de deshacerse de NetworkManager, con la siguiente secuencia:

sudo systemctl mask NetworkManager && sudo systemctl mask NetworkManager-dispatcher

Al reiniciar, Wicd tiene vía libre para ocuparse de la gestión de la conexión del sistema. A pesar de ello, temo que este problema ya visto en Antergos y Manjaro sea un bug en KDE que se reproduzca con la próxima actualización de Chakra. Ya veremos si no tengo que deshabilitar NetworkManager también en mi distribución principal.

No funciona Spotify. Este programa (software propietario, por cierto) de música y recomendaciones que descargamos e instalamos desde AUR, no funciona, resultando imposible entrar con nuestro usuario y contraseña. Convenientemente reportado, tenemos la solución en el regreso a una versión anterior, como bien indican en la página del repositorio comunitario. En cualquier caso, a los pocos días ya estaba disponible el parche que arreglaba el desaguisado, una de las claras ventajas de estar a la última y usar un repositorio que utilizan muchos otros: las soluciones llegan tan rápido o más que los propios problemas.

Yakuake se abre sola al iniciar sesión. Esto es una tontería, lo sé, pero habrá quien no sepa el motivo y desee solucionarlo: tan simple como entrar en Preferencias del Sistema, Arranque y apagado, Sesión de escritorio y escoger comenzar siempre con una sesión vacía. Mano de santo, oigan.

Conclusiones

No tuve más contratiempos que esos tres mencionados: un par de ellos auténticas banalidades y uno que parece ser un bug del programa en cuestión, afectando a varias distribuciones. Eso fue todo. Y he de reconocer que la experiencia ha sido muy buena, rozando la perfección, diría yo. Hasta ahora, las pocas veces que me había acercado a la implementación de Plasma que propone Manjaro había salido escaldado por no encontrarla a la altura de la versión con XFCE. De hecho, ni siquiera había podido dedicarle un artículo por aquello de no hacer demasiada sangre. Pues bien, eso, señoras y señores, se ha terminado. A día de hoy, en parte por el buen hacer de los desarrolladores y en parte por el grado de madurez alcanzado por el escritorio, una versión resulta tan recomendable como la otra.

Con este sistema tendremos facilidad de instalación, software casi a la última (cuestión de días respecto a Arch) probado a conciencia, una comunidad amigable y dispuesta a resolver dudas, todos los escritorios que queramos, la ingente cantidad de paquetería que proporciona la suma de los repositorios de Arch y AUR… Creo, honestamente, que poco más se puede pedir. Si además, todo encaja y funciona cual reloj suizo, pues tenemos esta fantástica distribución. Miel sobre hojuelas.

De no existir Chakra, como ya creo haber comentado en otras ocasiones, estoy casi seguro de que quien escribe estas líneas sería otro usuario más de Manjaro con KDE. Porque me gusta su gran comunidad y su forma de entender GNU/Linux, con herramientas potentes a la par que sencillas para ayudar a los recién llegados y es una distribución a la que he visto crecer desde casi la nada hasta ocupar el puesto que le corresponde en la actualidad dentro del mundo de Tux: una de las grandes. Enhorabuena a los creadores y colaboradores por continuar sorprendiéndonos con estas magníficas ediciones de su sistema en distintos sabores y colores. Larga vida a Manjaro.

Salud

El análisis se ha realizado en un equipo de sobremesa con las siguientes especificaciones:

• Procesador AMD A8 3870 Black Edition
• Placa base Gigabyte A75-UD4H
• Chipset AMD Family 12h Root Complex
• 4 Gb de Memoria RAM (2×2, marca Kingston)
• Tarjeta gráfica dedicada NVIDIA Geforce GT 610 1024 Mb
• Audio ATI R6xx HDMI
• Monitor Hyunday L70S+
• Disco duro externo Western Digital WD5000AAKX-6 de 500 Gb
• Impresora HP Laserjet 1018
• Escáner HP Scanjet G2710
• Webcam Hércules Dualpix Exchange
• Adaptador de red Realtek RTL8111/8168
• Adaptador de red inalámbrica TP-Link WN822N

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