Primero, y para nuestros seguidores hispano-americanos, vamos a definir qué es un puente o qué es lo que en España llamamos puente. Un puente es un día laborable que está en medio de dos días festivos -feriantes-, generalmente entre un día festivo y un fin de semana.
Mucha gente toma este día de fiesta para así poder disfrutar cuatro días de fiesta seguidos. Cuando son muchos, los empresarios ponen el grito en el cielo porque les parece demasiado tiempo «sin producir».
Bien, lo primero que hay que decir al respecto es que no hay convenio ni estatuto de los trabajadores que les otorgue a estos la posibilidad de hacer puente. Estos días de relax se toman:
a) Añadiéndole un día de vacaciones o de asuntos propios.
b) De manera recuperable de forma explícita: llegas a un acuerdo con tu jefe para aprovechar ese puente y luego recuperas las horas en las jornadas venideras.
c) De manera recuperable de forma implícita: el jefe te da el puente porque suele ser un día con poco trabajo. Así, cuando haya trabajo, te quedarás más sin solicitar que te paguen las horas extra.
Es decir, que para los empresarios no es tampoco una maldición, que digamos.
También esto nos tiene que llevar a la siguiente reflexión: muchas de estas fiestas que tenemos son de origen religioso. Algo extraño en un país acofensional. Se obliga así a celebrar Navidad a un musulmán y, en cambio, no le dejas respetar su ramadán.
Una posible aproximación a la solución a este problema sería poder intercambiar estos días por otros. Así se podrían pasar las fiestas entre semana a viernes o lunes o los trabajadores de otra religión tendrían la posibilidad de cambiar las fiestas cristianas por las de su religión.
Esto, por supuesto, tendría sus ventajas. Cada uno puede hacer su propio horario festivo e, incluso, podría hacer que la empresa estuviera abierta más días al año que los que está actualmente.
Pero también tiene inconvenientes. Uno de ellos es la necesidad de buena voluntad por parte de empresario y trabajador, ya que puede dar lugar a situaciones de picaresca por parte de ambos. El trabajador puede utilizar como días festivos aquellos con más punta de trabajo. En cambio el empresario puede presionar a que cambie ciertas fiestas por necesidad de la empresa.
El tema de pasar las fiestas a lunes o viernes es un tema recurrente de los políticos. Pero pronto cae en el olvido. En cuanto llega un año en que la mayoría de fiestas caen en fin de semana, cosa que favorece al empresario. También tiene el handicap de la Iglesia. Celebrar la Navidad un día que no fuera 25 de diciembre creo que no sería muy de su agrado; aunque digámoslo de paso, por las descripciones de la Biblia es imposible que Jesús naciera en invierno y, según parece, fue la adaptación de una fiesta pagana celebrada en honor a Saturno.
Otro reflexión que hay que hacer al respecto es si hay que trabajar más cuando la tecnología permite trabajar menos. Es decir, después de todo, esto va de trabajar más horas o días, cuando cada vez hay menos trabajo a hacer debido a la robótica. Pero esto es un tema que trataremos en otro momento.
En conclusión, soluciones hay. El problema es si ciertos sectores quieren o no y si esto no crea nuevos problemas o conflictos entre empresario y trabajador.
Lo que si se puede hacer es, por lo menos, ser claros en el mensaje. Como hemos dicho, estos puentes se consiguen a base de cambiarlos por días de vacaciones o siendo recuperables. Si los empresarios se quejan de los puentes tienen que explicar qué no les gusta. No les gusta que se cambien por días de vacaciones, no les gusta que tengamos tantas vacaciones o no les gusta que sean recuperables. Menos en si se cambia por días de vacaciones -y a veces también- el empresario tiene un poder importante a la hora de decidir si se hace puente o no. Por lo tanto sería lógico que explicasen qué es, exactamente, lo que no les gusta de estos días especiales.
Acá en Venezuela los «puentes» como los que bien describís se suman los puentes por motivos políticos (marchas, protestas, etc.) por parte de todas las tendencias partidistas. Pero esa, esa es otra historia…
La patronal capitalista es por definición una entidad parasitaria. Ergo, si algo no les gusta de su esquema de explotación laboral que se conviertan en cooperativa y trabajen codo con codo con sus ex-empleados, sinvergüenzas…