Raspberry Pi (I) – El proyecto

Si estás leyendo este artículo es casi seguro que sabes de lo que estoy hablando, no obstante como buen fanboy de la filosofía Open Source, trato de divulgar la existencia de esta pequeña gran maravilla de la tecnología a todo profano con el que tengo el gustazo de compartir un rato.

La última vez que dije eso tan recurrido de “eso mismo puedes hacerlo más fácilmente con una Raspberry Pi”, me miraron como pensando “eso lo serás tú”; y ojo que no les culpo por ello, el nombre de la maravilla es, cuanto menos, algo rimbombante para el público general.

Cuando les explico que “eso” es un ordenador del tamaño de una tarjeta de crédito con el que se pueden hacer mil virguerías, ya me miran de otra forma, aunque la cara de asombro y desconcierto llega cuando les comento que vale unos 45€. Entonces llegan los típicos pensamientos de “¡ah, claro! es un ordenador de juguete, con ese precio…”.

En ese momento trato de explicarles que Raspberry Pi es un proyecto de hardware libre puntero a nivel internacional y que tiene el apoyo de la universidad de Cambridge, de grandes de la industria como Google, que han vendido miles de dispositivos de una familia que no para de ampliarse y que el gobierno británico lo ha implantado en las escuelas del país para que los niños aprendan a programar con él.

Ahí ya comienzan a cambiar de parecer. En ese preciso momento que han bajado la guardia, ya basta con decirles que pueden montarse un Home Cinema, una máquina arcade, un dron, un servidor web para casa o un sistema de almacenamiento de archivos “como Dropbox”… es en ese preciso instante cuando sé que se han convencido, que van a probar “ese ordenador tan barato” y que hemos conseguido que alguien que desconocía la existencia del proyecto lo pruebe.

Este artículo ha sido escrito mientras se está instalando Webmin en una Raspberry Pi.

En sucesivas entradas nos pondremos bastante más técnicos y os contaremos cómo implementar servicios con Raspberry y algún que otro uso enfocado al fantástico mundo de la programación web.

Que conste, yo no vendo Raspberries, únicamente difundo su mensaje 😉

Imagen de cabecera por cortesía de Nico Kaiser, licenciada bajo Creative Commons Attribution 2.0 Generic license.