Parece que últimamente las distribuciones con base Ubuntu y escritorio Plasma casi en exclusiva proliferan como setas en otoño. No sé vosotros, pero yo tengo un lío formado a la hora de tratar de distinguir KDE neon, Netrunner, Maui, Kubuntu, Linux Mint KDE… No sé, da la sensación de que todas vienen a ofrecer más o menos lo mismo, aunque la realidad es que hay matices que pueden llegar a ser importantes, en especial en lo que se refiere a la actualización de los paquetes que conforman el entorno y la suite de aplicaciones de KDE. Animado por los buenos comentarios de Jairo, lector fiel donde los haya, no solo de este blog sino de muchos más y KDE-ero hasta la médula, me he embarcado en la revisión de una distribución con nombre y sabor hawaiano: Maui Linux 2.1 Blue Tang.

¿Qué es Maui Linux?

A ver, vamos a tratar de responder a esta pregunta sin caer en los manidos tópicos que inundan GNU/Linux, ya sabéis, los de la fragmentación, diversificación, división inútil de esfuerzos, etcétera. Maui toma como base la versión de soporte extendido de Ubuntu, 16.04 Xenial Xerus, y nos ofrece un escritorio Plasma en su versión 5.8.2 en la iso descargada. A partir de ese momento es el usuario quien decide si este sistema se va a actualizar y hasta dónde. Me explico: en primer lugar, incorpora el afamado gestor de actualizaciones de Linux Mint, con niveles de seguridad, lo cual nos da el poder de decidir si queremos descargar las nuevas versiones del kernel y paquetes comprometidos del sistema (lo que definen como niveles 4 y 5).

De igual modo, en lo que respecta a Plasma y la suite KDE, nos ofrece la posibilidad de actualizar a versiones más modernas conforme van saliendo, de tal manera que, como veremos más adelante, es muy sencillo pasarnos a Plasma 5.8.4 o 5.9, dependiendo de los repositorios que habilitemos. Los desarrolladores se sirven de los paquetes actualizados de KDE neon para esta función.

¿Te gusta esta filosofía? Si es así, aquí tienes el enlace de descarga de Maui Linux 2.1 Blue Tang, que solo se ofrece para la arquitectura de 64 bits.

Instalación

Es inevitable que lo primero que llame la atención al iniciar el escritorio en vivo sea la enorme barra de tareas. Más ancha que la de Windows, que ya es decir, lo cual da un cierto aire distintivo al Plasma de Maui. El programa que utiliza para la instalación en el disco duro no es otro que el popular Calamares, que se puede poner en castellano por más que el resto del entorno esté en inglés.

El proceso transcurre sin incidencia alguna mientras se observa el hermoso pase de diapositivas y se disfruta abriendo y cerrando aplicaciones del entorno en vivo, sin problemas destacables que señalar. Ahora bien, esa frase que se cuela en la presentación, «Maui stands on the shoulder of giants» (Maui se levanta sobre los hombros de gigantes), me suena a mí de algo… Pero bueno, no creo que Clem tenga los derechos en exclusiva de una expresión.

Diseño

Como os comentaba antes nos encontramos ante un aspecto algo diferente al habitual en Plasma, merced a esa enorme barra de tareas que, por supuesto, como casi todo en este entorno se puede cambiar. Maui viene con los efectos desactivados de inicio, supongo que para permitir un buen desempeño en ordenadores de menor potencia. El tema oscuro escogido, llamado Maui Plasma, queda bastante bien con los iconos Brisa y los tonos azulados que dominan todo el escritorio. Personalmente, la combinación me gusta mucho.

Por otra parte, tenemos un menú de KDE totalmente distinto a los habituales, de tal modo que al pulsar la tecla Súper se nos abre a pantalla completa, a la usanza del menú «Aplicaciones» de Gnome, permitiéndonos buscar a golpe de teclado o con el ratón. Muy práctico y de bonito diseño, la verdad. El renderizado de fuentes es absolutamente perfecto, salvo en las aplicaciones GTK, donde pierde bastante. Este dilema, el que se refiere a la eterna dicotomía de las librerías GTK/Qt y el aspecto desigual que provocan, no sé si algún día hallará solución. En el año 2017, ahí sigue.

Software

Maui Linux nos viene bastante cargado de programas, algo que ya intuía por lo que comentaba Jairo acerca de que te permite ponerte a trabajar de inmediato. Con Synaptic, que ahí continúa haciendo su función a las mil maravillas, como administrador de aplicaciones, los desarrolladores han incluido una interesante batería: Firefox, Thunderbird, Gimp, Krita, Kamoso, Handbrake, Vokoscreen, LibreOffice, VLC, Gmusicbrowser, Imagewriter… Incluso contamos con algunas aplicaciones propietarias, como Skype o Steam. Ítem más, el navegador de Mozilla se acompaña de útiles extensiones habilitadas por defecto, como Adblock o Ant.com.

En resumen, Maui nos proporciona herramientas suficientes para distintas tareas sin que nos tengamos que preocupar de búsquedas por la red o en tiendas de aplicaciones.

Hardware

El reconocimiento de mis dispositivos ha resultado ser magnífico, mejor de lo que esperaba, sobre todo en lo que respecta al adaptador inalámbrico TP-Link, que me está dando más quebraderos de cabeza de los que pensaba cuando lo adquirí. Al contrario que en las últimas versiones de otras distribuciones, como Manjaro, KDE neon o la propia Ubuntu, el adaptador funciona sin necesidad de desconectarlo y volverlo a conectar al equipo con cada inicio de sesión.

Los controladores propietarios de la tarjeta gráfica NVIDIA son muy fáciles de instalar, pues basta con ejecutar el programa «Gestor de controladores» desde el menú principal. Rápido y sencillo, para qué queremos más.

Con el resto del hardware, la misma película. Impresora configurada con ayuda de HPlip, – hay que instalarlo, eso sí – webcam y escáner reconocidos y perfecta integración con Android, tanto por medio de cable USB como utilizando KDE connect.

Estabilidad y rendimiento

Mi sistema Maui Linux no ha presentado problemas de estabilidad ni errores graves que me obliguen a reiniciar. De inicio ocupa una cantidad de RAM bastante ajustada, 590 Mb aproximadamente, con un rendimiento muy bueno incluso después de activar los efectos de escritorio (qué le voy a hacer, me gusta la fanfarria).

Los resultados obtenidos en Phoronix Test Suite vuelven a romper una lanza en favor de Unity. Mi equipo podría denominarse algo así como «diseñado para Trusty», pues por alguna razón que todavía se me escapa no hay ninguna distribución que pruebe – ésta, para colmo, está basada en una versión más moderna de la propia Ubuntu – que rinda mejor que la «vieja» 14.04. Y esto es así, son números, sin posibilidad de verse condicionados por filias y fobias personales.

Maui claudica ante Ubuntu Trusty en 3 de 4 pruebas, mientras que empata a 292 en el benchmark gráfico Unigine Valley.

Errores encontrados

Lo único que creo digno de resaltar en este apartado dedicado a los fallos es una especie de glitch o error gráfico en forma de sombras que se me ha presentado en ciertos momentos al dibujar las ventanas. Es posible que tenga que ver con el controlador de NVIDIA, pero lo cierto es que no me había ocurrido hasta ahora en ninguna otra distribución. Como muestra, la captura de pantalla realizada con Spectacle que tenéis más abajo.

He probado a cambiar el motor de renderizado que viene por defecto, openGL 2.0, por Xrender o la versión 3.1, pero no ha supuesto ningún cambio. La verdad es que el problema aparece en contadas ocasiones y no llega a resultar ni molesto, pero ahí está y he de dejar constancia de ello.

Cómo actualizar Plasma en Maui

Vamos, que lo prometido es deuda, con el proceso de actualización del entorno de escritorio en Maui Linux. Los desarrolladores nos lo ponen muy sencillo con la implementación de un sistema de backports, santo y seña de las actualizaciones en Debian, que vienen desactivados de inicio para procurar la máxima estabilidad.

Para activarlos no tenemos más que entrar en el gestor de paquetes Synaptic y elegir en el menú contextual «Configuración» la pestaña «Repositorios». Nos aparecerá una lista con diversas posibilidades. Si lo que queremos es la última versión estable de Plasma disponible, deberemos marcar dos opciones más aparte de las que ya vienen seleccionadas: «maui-xenial-backports» y «maui-xenial-backports-neon».

Si lo que buscamos es la última versión de Plasma, que actualmente es la 5.9, tendremos que habilitar además los repositorios «testing» y «testing-neon». He probado tanto una como otra opción con resultado positivo: actualización rápida y sin aparentes problemas.

Conclusiones

La idea detrás de Maui es buena. Dotar al usuario de herramientas gráficas que le permitan tomar decisiones sobre la actualización o el grado de estabilidad o seguridad que desea en su equipo no parece mal proceder en absoluto. La instalación, además, deja el sistema preparado para funcionar desde el principio sin precisar descargar prácticamente nada, lo cual es otro punto a favor.

La puesta en práctica, más allá de las intenciones originales, también resulta un éxito, sin tener que lamentar errores de bulto, cuelgues o reinicios. Por lo tanto, en principio, Maui Linux parece un proyecto exitoso destinado a triunfar. Pero…

Siempre hay un pero. Personalmente no veo la necesidad de adoptar a esta distribución como principal, si bien entendería que a los amantes de KDE y la paquetería Debian les pueda resultar muy atractiva. Para mí resulta algo redundante, de ahí que la sitúe en algún punto entre Kubuntu y KDE neon, al menos de inicio. Con los backports activados, cosa que también se puede hacer en Kubuntu si investigamos un poco, obtenemos algo así como KDE neon, aunque con la posibilidad de ser Linux Mint KDE, por aquello del gestor de actualizaciones por niveles. Como veis, estoy acabando el artículo y no he sido capaz de desenredar la madeja.

Al final, uno termina sacando conclusiones similares a las que escribí en la revisión de KDE neon: la lista de distribuciones basadas en Debian o en Ubuntu que se enfocan a Plasma y KDE sigue creciendo, aportando cada una de ellas un pequeño punto diferenciador, tan minúsculo, de hecho, que cuesta distinguir y encontrarle utilidad. Lo intentaré, de todos modos: si quieres una distribución con base sólida (Ubuntu 16.04), que te permita escoger entre niveles de actualización (Linux Mint KDE) y a la vez tener Plasma actualizado (KDE neon)… pues aquí tienes Maui Linux. Ignorando el embrollo que planteo, creo que entrega un Plasma pulido, bonito y funcional, que al fin y al cabo es lo más importante. Agradezco a Jairo la recomendación. Desde luego, si tuviese que escoger entre las distros mencionadas, me quedaba con ésta sin dudarlo.

Salud

El análisis se ha realizado en un equipo de sobremesa con las siguientes especificaciones:

  • Procesador AMD A8 3870 Black Edition
  • Placa base Gigabyte A75-UD4H
  • Chipset AMD Family 12h Root Complex
  • 4 Gb de Memoria RAM (2×2, marca Kingston)
  • Tarjeta gráfica dedicada NVIDIA Geforce GT 610 1024 Mb
  • Audio ATI R6xx HDMI
  • Monitor Hyunday L70S+
  • Disco duro externo Western Digital WD5000AAKX-6 de 500 Gb
  • Impresora HP Laserjet 1018
  • Escáner HP Scanjet G2710
  • Webcam Hércules Dualpix Exchange
  • Adaptador de red Realtek RTL8111/8168
  • Adaptador de red inalámbrica TP-Link WN822N

Todas las imágenes que aparecen en este artículo son capturas de pantalla o fotografías tomadas por el propio autor. Se pueden compartir libremente citando la fuente.

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Jair

Hola Enrique, me alegra mucho leer los resultados que obtuviste durante la revisión de Maui. Como comentas, es difícil encontrar diferencias entre tantas distros con raíces y objetivos similares. Creo que un punto que marca una gran diferencia es el apoyo que la comunidad KDE ha recibido de la empresa Blue systems que ha apadrinado diferentes proyectos, entre ellos cabe destacar tres distros; Netrunner, KDE Neon y Maui. http://www.blue-systems.com/projects/ Entre ellas podríamos hacer la diferencia diciendo que Netrunner se basa ahora en Debian y no en Ubuntu y KDE Neon se distingue por muchas cosas pero no por su estabilidad aprueba de todo como si lo hace Maui. Sobre Linux Mint ya todo está dicho y sobre Kubuntu no sé que pensar, desde que Bluesystem la abandono, no tengo idea que está pasando con esa distro. El problema gráfico que comentas nunca lo he tenido, pienso que tal vez podrías… Leer más »

Percaff_TI99

En aras del usuario final, creo que es un hecho de que las distribuciones más nuevas están fusionando características notables de otras distros en una sola. Personalmente yo no salgo de un círculo pequeño de distribuciones, casi siempre las mismas, y generalmente distros madres -algunas de culto, soy medio retro en ese sentido-. Pero es bueno reconocer el trabajo que hacen los desarrolladores en poner al alcance de los usuarios, alternativas viables que pueden lograr excelentes resultados, en algunos casos, por sobre las que ya se encuentran arraigadas en el mundo Linux. Bien por Maui Linux en ese aspecto. Como siempre, excelente revisión.

Saludos.

miguel

Articulo minucioso, felicitaciones. Se ve interesante, buena deteccion de hardware y red, lista para usar, y bajo control del usuario, parece ir mejor en eso que kubuntu incluso, y un kde tuneado, para los que queremos kde facil, y sorprendente que nueva haya empezado tan bien. Dudaba entre kubuntu y kde neon, ahora Maui me tienta mas, tendre que compararlas mas. Arch y manjaro va mal con mi tarjeta de red.

Miguel

Completo articulo, Maui, lo uso unos 6 meses, facil instalación y gran detección de hardware, muy ligera, sin problemas hasta hoy y no me falla la red inalámbrica, se desconectaba con arch, antergos y manjaro, por los drivers del adaptador de red Broadcom en mi laptop Asus K55A. Lo arreglaba y fallaba al mes. Y uso Maui porqué me gusta Kde, queria Neon sin sus problemas, los repositorios de Ubuntu, actualizar facil, y me fue mejor que con Mint , y Kubuntu en desempeño. En kde, prefiero Antergos y Maui son muy ligeros, user friendly, muchos repositorios y sin contratiempos.