Despliegue de aplicaciones con Docker Compose
Seguimos hablando de containers, en este caso, de la herramienta Docker Compose, que nos permitirá definir y ejecutar múltiples aplicaciones utilizando contenedores de software.
En Colaboratorio le damos mucha importancia a la enseñanza y la pedagogía en lo referente a software, hardware y redes libres. Para conseguir una mejor comprensión de la gran cantidad de experiencias que vamos a incluir en el blog creemos necesario organizar niveles de aprendizaje. De esta forma, las personas que sigan Colaboratorio podrán acceder al nivel de usuaria o usuario en que se encuentren en cada momento, y continuar su aprendizaje sin dificultad para subir el siguiente escalón cada vez que lo requieran.
Seguimos hablando de containers, en este caso, de la herramienta Docker Compose, que nos permitirá definir y ejecutar múltiples aplicaciones utilizando contenedores de software.
Siguiendo la senda de las distribuciones derivadas de Arch Linux, después de una experiencia no del todo satisfactoria con Antergos la mente se me va, lo quiera o no, en busca de Manjaro. Por si no había quedado claro en el artículo anterior lo vuelvo a repetir: Antergos es muy buena, pero no es para cualquiera. De ahí que pase hoy a revisar un sistema que está más enfocado a otro tipo de usuario, más novato en GNU/Linux y que ha alcanzado en los últimos años una tremenda relevancia por méritos propios. En análisis pasados solía tomar como referencia la versión con escritorio XFCE, por ser el buque insignia para los desarrolladores, pero en esta ocasión me he querido atrever con Plasma, animado por los comentarios y las buenas sensaciones que en otros ha causado. Y vaya si me alegro de haberlo hecho.
Un clásico, el clásico entre los clásicos, el tope de la gama, es lo que podíamos llamar «el cheque de la puerta». Es ese dinero, aumento de suelo u otro que te ofrecen justo cuando estás diciendo que te marchas de la empresa. Por eso el nombre es lo que te ofrecen cuando agarras la puerta para irte.
Antes de ponernos manos a la obra con nuestros queridos RAW, necesitamos contar con un buen laboratorio fotográfico. Lejos quedan (bueno, no tan lejos, de hecho, ahí siguen) los años de costosos equipos de revelado, peligrosos productos químicos y el inefable resplandor de una bombilla roja en las tinieblas perpetuas del laboratorio tradicional. Las cosas ahora siguen siendo costosas, pero al menos podemos utilizar nuestros equipos para ver vídeos de gatos. Hoy vamos a repasar el hardware necesario para revelar fotografía digital con la premisa de la alta calidad bien presente.
Este dispositivo electrónico portátil fue creado en 2011 por David Darts, un profesor de universidad de Nueva York. Con él pretendía «mostrar otra web posible, anónima y gratuita, que muestre los aspectos básicos de los comienzos de Internet, como el libre intercambio de información y datos«, según refiere la Wikipedia que dijo en entrevistas. PirateBox permite compartir archivos y comunicarse por chat en un área específica, por ejemplo durante la realización de un encuentro, u ofrecernos una línea local y libre a una biblioteca en lugares donde no es fácil el acceso a Internet. Podemos decir que PirateBox es como tener un repositorio propio con archivos de todo tipo y la posibilidad de comunicarnos entre quienes tenemos acceso a él.
PirateBox es, ahora, un proyecto libre cuyo mantenimiento ha sido continuado por Matthias Strubel, aunque en el interior del artículo tenemos más información sobre esto que puede interesarte. Pasa, pasa, que PirateBox merece conocerse…
Cuando uno se plantea usar una distribución GNU/Linux donde prime la estabilidad, lo más inmediato en que debe pensar, si se es usuario ya con cierta experiencia, es en Debian. Luego, al menos a mí me ocurre así, surge la eterna duda entre la rama a escoger: estable está muy bien, pero algunos paquetes son del pleistoceno… Y testing también es muy recomendable, pero las actualizaciones de seguridad tardan en llegar… Tal vez Sid, pero la palabra inestable… ¿yo no buscaba justo lo contrario? Al final, uno termina por concluir que «teta y sopa no caben en la boca», o dicho de otro modo, no se puede usar lo nuevo y lo totalmente estable a la vez. Hay que decidirse por una de las dos aproximaciones. O, tal vez, haya gente que ha pensado que la mezcla de ambas podría resultar. Aquí entra en juego la distribución que analizamos hoy.