Hace años usaba Chrome, aunque siempre he sido de utilizar varios programas de cada cosa, navegadores incluidos, para aprender más deprisa cómo funciona todo. Más tarde, cuando mis preferencias se inclinaron hacia el Software Libre, comencé a usar Chromium. No sabía todavía mucho sobre licencias. Recién llegado al uso de Internet, donde abundan las noticias poco o nada contrastadas, leías en cualquier sitio que era un proyecto libre o abierto y lo creías y, además, tampoco era capaz de saber qué quería decir aquello… aún.
Cuando más adelante, sabiendo qué era qué, me enteré de que Chromium no era libre sino de Código Abierto yo, que soy muy, pero muy, de Software Libre, lo abandoné. Con pena, debo decir. Me gustaba, era rápido y bonito. Pero los principios son los principios y yo, si no te gustan, no tengo otros. Vengo a ser una persona cabal, no como los que nos gobiernan desde hace tiempo (y no son Mujica)…