El despido: la última opción
Desde mi experiencia, creo que no hay trabajadores vagos -excepto deshonrosas excepciones-, sino trabajadores desmotivados. Trabajadores que no ven recompensado su esfuerzo de ninguna manera y llegan a creer que no sirve para nada esforzarse. Esto es erróneo porque, aunque hay jefes que no se ocupan de apreciar el esfuerzo de sus trabajadores, sí lo ven sus compañeros y los clientes, que lo pueden recomendar a otras empresas donde sí que es valorado el personal.