A cada cual lo suyo
Es lógico que cada trabajador tenga que tener sus responsabilidades y que no tiene todo que recaer sobre el jefe. Pero el jefe tiene que ser responsable de sus propias decisiones o indecisiones.
Hay momentos en que no todo es tecnología... A veces también nos apetece hablar de otras cosas. Esperamos que los temas que toquemos también te gusten =)
Es lógico que cada trabajador tenga que tener sus responsabilidades y que no tiene todo que recaer sobre el jefe. Pero el jefe tiene que ser responsable de sus propias decisiones o indecisiones.
Desde mi experiencia, creo que no hay trabajadores vagos -excepto deshonrosas excepciones-, sino trabajadores desmotivados. Trabajadores que no ven recompensado su esfuerzo de ninguna manera y llegan a creer que no sirve para nada esforzarse. Esto es erróneo porque, aunque hay jefes que no se ocupan de apreciar el esfuerzo de sus trabajadores, sí lo ven sus compañeros y los clientes, que lo pueden recomendar a otras empresas donde sí que es valorado el personal.
Cuando una empresa crece, llega un momento en que un jefe debe delegar, porque no puede estar pendiente de todo. Esto es lógico y evidente. Más si cabe si el jefe está fuera de la oficina buena parte del día.
También es evidente que a esta persona en la que se delega se le tiene que dar un margen de confianza y de autogobierno. Si un jefe contradice cada dos por tres a su subalterno, da al trabajador una sensación de desgobierno y al subalterno una sensación de humillación.
Muchas veces se dice que un sueldo no apropiado es causa de desmotivación. Aunque eso es verdad, es una verdad a medias, ya que hay otros muchos componentes que hacen que un trabajador se desmotive. Por eso si usted es un jefe que, por exigencias presupuestarias, no puede ofrecer un sueldo a sus empleados que sea del agrado de éstos, puede hacer otra serie de cosas para que no se desmotiven. Dejo aquí las principales causas de desmotivación.
Un clásico, el clásico entre los clásicos, el tope de la gama, es lo que podíamos llamar «el cheque de la puerta». Es ese dinero, aumento de suelo u otro que te ofrecen justo cuando estás diciendo que te marchas de la empresa. Por eso el nombre es lo que te ofrecen cuando agarras la puerta para irte.